El Viejo Juego de Las Sillas Musicales o Bipartidismo Criollo

En estos días amanece para mí en mi amada Guatemala y el ambiente huele a elecciones retorno a este blog para escribir sobre este tema desde aquí donde amanece más tarde y de verás espero que un día amanezca de esta larga sombría y triste noche.

La historia se repite como cada cuatro años, los mismos rostros, distintos colores y distintos jingles (a veces también los mismos) y las mismas promesas vacías en las que se promete el sol, la luna y las estrellas sin precisar cómo se van a financiar dichas iniciativas.

La “Real Politik Criolla” es eso cacicazgos sin ideología ni propuesta una GANA que hace solo dos elecciones estaba integrada también por el partido Patriota y se hacía representante de la derecha “conservadora” (atención a este vocablo) y era en teoría un rival ideológico de la UNE de centro izquierda “liberal” (no se molesten mis amigos libertarios por el uso de este vocablo que ya explicare porque lo utilizo), ahora aparece debilitada y con distintos cuadros como aliada de esta última.

Innumerables candidatos a alcalde que iniciaron su carrera con un partido ahora han cambiado de camiseta ya tres veces o han optado por iniciar su propia franquicia. Los partidos y logos se multiplican y muchos claman por la necesidad de un sistema bipartidista, sin embargo yo me atrevo a aventurar una hipótesis en el presente artículo y esta hipótesis es que Guatemala siempre ha sido un sistema bipartidista (eso sí clientelista, oportunista y arribista).

Poco después de la mal llamada independencia dos partidos políticos bien diferenciados comenzaron a pugnar por gobernar la nación y por gobernar me refiero a dictar las normas por las cuales la explotación de sus recursos (población incluida) se iba a llevar acabo, uno era el conservador representante de los interés económicos de la oligarquía criolla terrateniente tradicional los “aristócratas” que aunque mestizos en algún porcentaje se ufanaban de su “muy noble, muy rica y muy cristiana estirpe” (esto sigue sucediendo, tan solo hoy acabo de oír por radio a un candidato a diputado ufanarse de tener pasaporte español y visa americana) y el liberal que no era representante de los ideales de laissez faire (con los cuales ya no comulgo desde que en Asia conocí otros modelos más equilibrados a los que el catequismo de Hayek y su muy respetable catedral en Guatemala proclaman) como mucha gente cree si no de los intereses de poderes económicos emergentes de su época que buscaban romper las estructuras económico sociales coloniales solo en cuanto les permitieran incorporarse a los “hidalgos” de Guatemala.

La pugna entre estos dos grupos económicos ricos aristócratas y nuevos ricos en su lucha por incorporarse al primer grupo en plano de igualdad es la constante de nuestra historia, la revolución liberal vio al grupo cafetalero (nuevos ricos) imponerse a los aristócratas, arrancar tierra a los tradicionales propietarios, la iglesia católica e incluso a los pueblos de indios (pues se dejó de reconocer muchos ejidos comunales) y actualizar los procesos de explotación colonial aboliendo el repartimiento pero promulgando el reglamento de jornaleros. El experimento concluyó con el grupo liberal incorporándose a la aristocracia local con un sistema perfeccionado de explotación y famosas dictaduras como las de Estrada Cabrera y Jorge Ubico.

No entraré a analizar los diez años de primavera democrática ni los gobiernos militares que desgraciadamente la truncaron, me trasladaré ahora a épocas contemporáneas épocas en que Alfonso Portillo financiado y apoyado por grupos económicos emergentes (haciendo de sí mismo y allegados nuevos ricos que ahora usted puede encontrar contendiendo bajo un símbolo nuevo) se enfrentó en procesos eleccionarios contra Álvaro Arzú y Oscar Berger representantes de la oligarquía criolla tradicional.

Ese es nuestro sistema en realidad bipartidista existen solo dos opciones o gobernará un partido bendecido y financiado por la oligarquía tradicional que contara siempre con el apoyo del sector privado organizado (y velará ciegamente por los intereses del mismo) como lo fueron el de Álvaro Arzú y Oscar Berger o uno financiado por sectores económicos emergentes que se escudará en un discurso populista para obtener el apoyo popular que le permita representar los intereses del mismo sector tras bambalinas llevando agua a su molino de formas menos ortodoxas como en los gobiernos del FRG y la UNE.

Al final yo me quedo solo con dos opciones que a mi parecer pueden ser una salida al dilema: los movimientos urbanos ilustrados de derecha Visión con Valores y CREO que son libertarios en su mayoría pero con conocimiento de causa y cuadros individuales interesantes y nuevos y la izquierda fragmentada y también con cacicazgos propios pero también con alguna ideología detrás más que la explotación de los recursos de nuestro país por determinado grupo de viejos o nuevos ricos.

En todos los demás por más esfuerzo que he hecho y sin importar lo que digan y de qué color se pinten no he logrado ver más que a los dos viejos vampiros que han desangrado por turnos desde siempre nuestra patria para su beneficio propio. 

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