Entre un Nuevo Baktún y un Nuevo Dragón, El Misterio del Tiempo


Un Baktun en la cuenta larga del calendario maya es un ciclo de 144,000 días una cuenta del tiempo nada más y nada menos, similar a una cuenta larga china de 60 años (las cuentas civiles de mayas de 365 días serían un equivalente más exacto), es interesante como este reinicio de un ciclo secuestrado por la pseudo-espiritualidad de la nueva era y su astucia mercadológica haya pasado a tener connotaciones apocalípticas. He leído cierto artículo en un periódico en inglés acerca de un periodista que viajó al sur de México y a Guatemala para entrevistar a los actuales mayas acerca del suceso, es muy interesante que una de las respuestas que recibió fue “no creo que la gente este enterada de eso, ni que le crean si usted les dice que el fin del mundo se acerca, aquí tenemos cosas más importantes en que pensar, como la lluvia por ejemplo”, otra de las respuestas que recibió fue “Los mayas no estamos acostumbrados a esperar el fin del mundo, eso es más parte de la cosmovisión de ustedes los occidentales”.

El 13º. Baktun no ha llegado a su fin, lo hará cerca del 21 de diciembre y para los mayas tanto antiguos como actuales esta fecha no implica más que el inicio de una nueva cuenta. Este año sin embargo desde su inicio si presenta algunos escenarios interesantes como las elecciones en Taiwán del día sábado y el cambio de mando en Guatemala la próxima semana. Hace algunos meses me temía que las relaciones bilaterales pudieran ser afectadas de alguna manera con este cambio de autoridades en Guatemala, estos temores se fueron disipando conforme el presidente electo ya fuera del calor de la campaña fue dando señales de madurez nombrando un gabinete en el que se puede percibir experiencia sobre todo en la cartera de Relaciones Exteriores en la que uno de los intelectuales más capaces de Guatemala fue nombrado Canciller General.

Similares temores y expectativas pueden percibirse en el contexto de las elecciones en Taiwán. Mucha gente tanto de negocios como en el campo de las relaciones internacionales se encuentra a la expectativa, y no puede negarse que existe un cierto temor de que las relaciones de Taiwán con China puedan llegar a un punto de crisis si el opositor Partido Democrático Progresista DPP (nacionalista taiwanés) se alza con la victoria, esto debido a memorias aún frescas de la década del dos mil cuando la renuncia al principio de una sola China o consenso de 1992 por parte de Taiwán y la intransigencia de la RPC llevaron la situación en el estrecho al punto del conflicto.

Una crisis y escaramuzas diplomáticas bien podrían provocar un éxodo de capitales de Taiwán; aún recuerdo como en una de mis clases de MBA uno de mis catedráticos explicaba como la razón por la que algunas compañías taiwanesas dejaron Taiwán para mudar sus operaciones al sureste de Asia y a la misma China por aquellos años fue esta crisis. Mucha gente también teme que una crisis colocaría a las dos economías más grandes que aún reconocen a Taiwán (Panamá y Guatemala) en una situación un tanto incomoda ya que ambos países planean ampliar sus intercambios comerciales con China mientras mantienen sus relaciones diplomáticas con Taiwán. Esta estrategia es la más conveniente para países pequeños pero sin embargo se tornaría en impracticable al momento de un conflicto.

En lo personal creo que gane quién gane en las elecciones del sábado, decisión que única y exclusivamente atañe al pueblo taiwanés, las cosas no cambiaran mucho en el aspecto económico o diplomático. El pueblo taiwanés es pragmático tanto como trabajador y sus gobernantes sean quienes sean sabrán sopesar las consecuencias prácticas de sus acciones. Además si hay quien sabe negociar con sus primos al otro lado del estrecho es la gente de Taiwán ambos lados han ganado con la mutua apertura y la relativa estabilidad de los últimos años y no creo que estén dispuestos a arriesgarla con declaraciones atrevidas o infundada intransigencia.

Por lo demás este año del dragón así como el nuevo Baktun que en él comienzan serán únicamente una nueva cuenta de tiempos, la suerte del guatemalteco promedio o del taiwanés promedio, depende en nada de los astros y planetas, en poco de su gobierno y en mucho de sí mismo, de desarrollar buenos hábitos. Quiere tener buena salud, practique un deporte de forma regular y aliméntese de abundantes vegetales frescos, granos integrales reduciendo a su vez su consumo de carne, frituras y azucares; quiere tener prosperidad, sea constante en su trabajo, ahorre y tome el riesgo de iniciar siquiera un pequeño emprendimiento; todos estos consejos no se los doy yo, esto lo escribió Salomón el rey sabio hace milenios.

En resumen mi propósito para este nuevo año es ser más como Salomón y el anciano quiche de la entrevista del diario en inglés. Quiero preocuparme por la lluvia y las estaciones y el momento oportuno de sembrar, pues es la única forma de cosechar, solo espero que este sea el propósito también de mis gobernantes.

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