Las relaciones entre Guatemala y Corea del Norte se establecieron en el año 2007 como un acomodamiento táctico de la política exterior de Guatemala ante la política del amanecer del presidente Sur-coreano Roh Moo-hyun, la idea era que la reunificación era eminente ya que la propia subsistencia del norte dependía de la ayuda exterior enviada desde el sur y Guatemala debía mostrar su buena voluntad hacia el pueblo coreano, uno de sus más importantes aliados a través del establecimiento de relaciones a ambos lados del paralelo 38.
Por octubre de ese año y poco después de regresar de mi primer viaje a Taiwán, cerca de la puerta trasera del Ministerio de Finanzas Públicas tuve la oportunidad de cruzar unas cuantas palabras con funcionarios norcoreanos de visita por Guatemala. Un encuentro en el que al preguntarles su nacionalidad se identificaron como coreanos para poco después aclararme que procedían del norte y no del sur.
En retrospectiva puedo decir que su manera de actuar reservada era muy similar a la que se encuentra en la mayoría de gente proveniente de la península. En contraste con los taiwaneses que suelen ser bastante abiertos y amigables desde el principio mi experiencia con amigos coreanos ha sido siempre que lleva algunos meses llegar a un nivel de confianza en el cual se desarrolle un verdadero intercambio que pase de lo ceremonial, son como todos los orientales gente bastante leal y amable, sin embargo una historia marcada por constantes invasiones extranjeras los hace ser un tanto etnocentristas y tornase siempre un poco a la defensiva en cuanto a lo foráneo.
Poco esperaba yo que estas características exacerbadas por la propaganda y mitología estatal y no un Marxismo Leninismo ortodoxo fueran la base de la ideología que Pyongyang inculca en su gente. Esto lo descubrí luego de estudiar algunos materiales sobre el régimen y en especial luego de leer el libro “Corea del Norte la Raza Más Pura” del académico estadounidense B.R. Myers. Este texto me fue presentado hace más o menos un año por un amigo salvadoreño al que lo unen lazos aún más profundos que la simple amistad con la península Coreana y su gente.
El resumen de las características del régimen de Pyongyang que presenta el Dr. Myers es bastante interesante en la coyuntura actual, ya que permite explicarse reacciones como la del pueblo norcoreano que llora a su líder (reacción ante la cual la mayoría de gente en occidente en una actitud nauseabundamente etnocentrista ríe, no recordando haber hecho lo mismo hace unos pocos meses tras la muerte de Steve Jobs) y el nerviosismo del pueblo surcoreano que espera en tensa calma que no se produzca una escalada militar.
El argumento del Dr. Myers gira en torno al hecho de que la ideología norcoreana fue trasplantada no desde la URSS por agentes comunistas sino desde el Japón imperial totalitario de antes de la segunda guerra por colaboracionistas que se instalaron en Pyongyang buscando escapar del eminente castigo que les esperaba en el sur bajo Sygman Rhee.
Esta ideología tiene tres pilares, la existencia de una tierra bendita (representada en Japón por el monte Fuji y en Corea por el monte Paektu), un linaje cuasi divino de la raza que le proporciona virtud moral y una carencia de contaminación foránea que hace a la raza homogénea. En palabras del fundador de Corea del Norte Kim Il Sung “Los coreanos somos todos homogéneos y por eso nos inunda un amor fraternal uno por el otro”.
En el Japón imperial la propaganda oficial promovía la idea de que la virtud de su gente la había hecho inmune a invasiones foráneas, sin embargo en Corea este no era el caso, ya que invasiones y derrotas habían sido experiencias constantes, la propaganda oficial del norte entonces promovió la idea de que la virtud del pueblo coreano le hacía presa fácil, citando de nuevo a Kim Il Sung, “No hay gente tan virtuosa como nosotros debemos mantenernos fieles a nuestros puros instintos” “Nuestra virtud nos hace una presa facíl”.
¿Cómo se protege entonces a un pueblo virtuoso pero vulnerable?, pues a través de un Estado fuerte paternalista (que no confusionista como se cree, todo estado confusionista es un tanto paternalista, pero no todo Estado paternalista es confusionista) y una figura filial generosa cuasi maternal que lo dirige a través del partido, partido único al cual en su propia literatura oficial se le refiere como madre “Partido de los trabajadores en tu pecho empieza mi vida, en tu pecho encuentra su fin. Lloraré por siempre en la voz de un niño madre no puedo vivir sin ti, madre.” (Myers 2010).
El partido le llama pensamiento Juche o de autodeterminación a la ideología norcoreana, más este pensamiento Juche no es definido de forma clara acorde al Dr. Myers en ninguna fuente oficial. Yo sin embargo, encuentro que la ideología que el Dr. Myers describe, coincide con la mecánica definición de Juche que se coloca en los libros de texto. Acorde a otra cita del Dr. Myers “Juche significa que el espíritu del partido, de los trabajadores y del pueblo, es la esencia de la literatura revolucionaria. En la literatura revolucionaria el espíritu del partido de los trabajadores y del pueblo están inextricablemente unidos. Juche significa que el espíritu del partido, de los trabajadores y del pueblo determina la personalidad social de la literatura y su valor. En la literatura revolucionaria el espíritu del partido, de los trabajadores y del pueblo…” puede verse como se repite como mantra la existencia de un nexo entre el partido y el pueblo, un nexo de naturaleza espiritual algo totalmente ajeno a la concepción marxista.
Acorde a periodistas que han visitado Pyongyang como el norteamericano Nicholas Kristof en los hogares de dicha ciudad existen bocinas que transmiten propaganda a lo largo del día lo que hace que la población esta convencida de la mitología oficial del régimen, siguiendo la tesis del Dr. Myers esto significa que la población ve en la pérdida del líder, la pérdida de poco más o menos que un padre o una madre. La muerte de Kim Il Sung en 1994 y lo que esta sucediendo actualmente con la muerte de su sucesor Kim Jung Il dan muestra de esta tendencia.
Kim Jung Il recibió una economía en ruinas, por lo que intento buscar la fuente de su legitimidad en el poderío militar, lastimosamente su hijo Kim Jung Un se encuentra en una situación similar, y esto es lo que preocupa a la gente en el Sur, un impredecible comandante general que tiene en sus manos un ejercito capaz de ejecutar ataques tipo Kamikazee sobre su vecino del sur.
La conclusión es que en un régimen que tiende a actuar de modo impredecible con una cosmovisión diseñada para que lo haga de esta manera, “nadie puede predecir que pasará y quién diga que pueda hacerlo miente o se miente a si mismo” (New York Times, 2011), por toda la gente en la península y especialmente por los amigos residentes en el sur espero en Dios que no exista ninguna escalada militar.
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