20 de Octubre, Un Día Después, 68 Años Después.


Hace 68 años Guatemala presenciaba con la renuncia de Federico Ponce Vaides el final de una era. La revolución liberal que trajo reformas e incluso sueños de reconstitución del ideal federal se había cristalizado únicamente en la modernización de sistemas cuasi-feudales de producción y en dictaduras cafetaleras como las de Estrada Cabrera y el mismo Jorge Úbico.

Luego de catorce años de dominio total de este último sobre la vida nacional, los discursos aliados que exaltaban valores democráticos, como la libertad de organización y de expresión encontraron eco en la juventud Guatemalteca, que por primera vez escuchaba voces disidentes y rebeldes que el Estado policial reinante no podía callar ya que eran las Roosevelt y Churchill. Estos ecos fueron solidificándose a capas más tradicionales de la sociedad y en un clamor popular tímido en un principio que reclamaba democracia y la renuncia de Úbico. Este último como buen dictador militar de República bananera renunció en efecto, pero a favor de uno de sus favoritos el también General Ponce Vaides; el rechazo a este hecho concluyó en el movimiento victorioso de aquel 20 de Octubre de 1944.

Aún recuerdo haber escuchado la historia de aquel día de los labios de mi abuela que sonreía al recordar como mi abuelo se reusaba a devolver el arma que le había sido entregada por los alzados, cuando un día después del triunfo revolucionario (el 21 de octubre), soldados se presentaron a su puerta a recogerla. Esto sucedió porque el bueno del abuelo no estaba seguro a que bando pertenecían aquellos soldados.

Cabe mencionar que aquella fecha dorada del 20 de Octubre, no tiene tanto significado por la era que allí acababa sino más bien por la era que allí comenzaba, una era de apertura y democracia, que bien podría haber servido de ejemplo a muchas otras latitudes de nuestra Latinoamerica. Las reformas instituidas por el Dr. Arevalo basadas en el sustento ideológico del socialismo espiritual de Ortega y Gasset, sentaron los cimientos para una verdadera modernización del país dentro de una real economía de mercado, fortaleciendo la educación pública, creando el seguro social y sentando las bases de nuestra legislación laboral. Su sueño la construcción de una social democracia en Guatemala. Años después el Coronel Arbenz asumiría la presidencia e intentaría reformas más radicales que le costarían la presidencia luego de una descarada invasión norteamericana disfrazada de alzamiento popular acuerpada por lo más rancio de las elites conservadoras nacionales.

En estas circunstancias me pregunto que ha cambiado en Guatemala desde aquel fatídico Julio de 1954 cuando Arbenz renunció, y mi respuesta es que no mucho, la polarización que dio al traste con nuestro sueño democrático sobre grandes consensos nacionales sigue allí. Una izquierda que ve problemas reales pero que no encuentr métodos ideales para resolverlos y en ocasiones ni siquiera propone; y una derecha que se aferra a sus rancios privilegios buscando siempre una base filosófico económica para justificar su propia miopía y egoísmo, sin darse cuenta que ceder tan solo un poco facilitando la construcción de una red social básica (financiándola por supuesto con sus tan odiados “tributos”) facilitaría la estabilización de nuestra sociedad (una red social estable disminuye la delincuencia más que diez mil elementos policiales) y esto traería el tan ansiado crecimiento económico y la ampliación del mercado interno que se hacen tan necesarios, en los momentos que las economías de nuestros principales socios comerciales no pasan su mejor momento.

En Octubre también se celebra el doble diez fecha de conmemoración de la fundación de la república de China sobre el proyecto social demócrata del Dr. Sun Yat sen. Un proyecto que también tuvo que sobrevivir luchas fratricidas y que tuvo una implementación accidentada pero que se vio implementado en la pequeña isla de Formosa, principiando por una reforma agraria (herejía mencionar esta palabra en Guatemala), siguiendo por una colaboración estrecha entre Estado, Academia e Industria y concluyendo con un milagro económico, que siempre alabamos pero que nunca imitamos.

La mejor lección que podemos aprender de Asia es que un mercado dinámico requiere un mínimo de estabilidad social. Estos dos factores crecen de forma paralela a través de mínimos consensos sociales y crean un circulo virtuoso.

Retomemos la tarea, no es muy tarde, ni derecha ni izquierda, tan solo Guatemala, feliz 20 de octubre Guatemala, feliz doble diez Taiwán.

(Referencias históricas tomadas de Historia Sinóptica de Guatemala)  

1 comentario:

  1. lo dije una vez y lo puedo repetir nuevamente, sos el primer abogado al le entendiendo, con palabras claras como debe ser

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